Huir para no sentir
Recientemente me estoy topando con gente que ante situaciones que no saben cómo gestionar o que no quieren escuchar lo que otros tienen que decirles, huyen. Literalmente desaparecen, se van del lugar física y emocionalmente. Si la huida es una reacción ante el miedo, ¿a qué temen para huir de ese modo?
Uno de los motivos que he encontrado es que son personas con baja tolerancia a la frustración, y cuando la situación que se les presenta no es como ellos deseaban, huyen de ella. Suele darse en gente que vive bajo sus propias normas y reglas, y todo lo que no encaja en ellas no es válido. Huyen de un modo inconsciente, pues el instinto de miedo va más allá de la razón. No se han parado a vivir qué pasaría si sintieran el dolor, si las cosas no fuesen como ellos desean. Solo corren, tratando de alejarse de lo que más temen, alejándose de este modo de sí mismos.
Tener el autocontrol suficiente para dejar de huir de esas situaciones, sabiendo que todo dolor se puede superar y que el miedo puede ser reducido a lo pequeño que nosotros queramos, es una prueba de superación para uno mismo, un desarrollo de la madurez que traerá consigo buenos momentos. El miedo y su huida no son la salida. No se trata de dejar de sentir, se trata de gestionar lo que sentimos para vivir mejor, para ser más felices.