«No pasa nada»
«Pero no pasa nada, estoy bien, ¿eh?» Con frecuencia en consulta (y fuera de ella) oigo como, después de contarme un problema que han tenido o una situación emocional complicada terminan su discurso de este modo: «pero no pasa nada». ¿Realmente no pasa nada? ¿O esa afirmación al final es un intento frustrado de intentar que lo que nos ha pasado no nos afecte emocionalmente?
Sí, sí que pasa. Algo ha ocurrido que ha desestabilizado parte del equilibrio que había hasta ese momento, y queramos verlo o no, tendrá consecuencias sobre nuestra vida. Negar que pasa algo, que lo sucedido puede afectarnos es negar la propia vida y el devenir de las cosas.
Por otro lado también es no aceptar que las cosas nos afectan y que sufrimos. Aceptar eso supone mostrar nuestra debilidad, nuestra capacidad de sufrimiento. Pero sobre todo, lo que hacemos al tener esa actitud y repetirnos que no pasa nada es mostrarnos fríos y distantes, lo que nos hace alejarnos de los demás, y que los demás se alejen de nosotros.
Así que sí, pasa, y pasa mucho. Darle valor a lo que ha pasado hoy significará tener un mejor desarrollo con nuestra propia historia de vida y un mayor bienestar emocional.