Cuando los insultos no son lo normal
Me sigue sorprendiendo que a pesar de vivir en la época por excelencia de la información, la sociedad no tenga claro qué es y qué no es la violencia de género, y en especial el maltrato psicológico en la pareja.
Esta reflexión vino a raíz de una consulta que tuve hace unos días. La paciente me decía que había hecho unos bocadillos para irse de excursión con su familia y unos amigos, y que a la hora de comer el marido empezó a gritarle y decirle que era estúpida, que los bocadillos eran horrorosos y que cómo preparaba algo así. Aunque ya os podéis imaginar que entre medias hubo más insultos y descalificaciones. Ella, justificando esa reacción, me decía que los había hecho aprisa y corriendo y que ni se había parado a pensar de qué los había hecho. Me contaba también que se quedó encerrada sin llaves fuera de casa, y que cuando su marido fue a abrirle, también empezó a soltar por la boca una retahíla de insultos, desde subnormal a idiota. En este caso se justificó con que era muy despistada, y que todos los maridos insultan a sus mujeres en alguna ocasión, que era algo normal en las parejas.
No, por supuesto que no es normal que una pareja se insulte o se descalifique, independientemente del hecho o la situación en la que se encuentren. Nada, y repito, nada, justifica un insulto o un descalificativo. Ver eso como normal es aceptar una sociedad machista y desequilibrada, donde uno de los miembros se siente por encima del otro. Y en ninguna relación basada en la desigualdad hay cabida para el amor. Diferentes emociones se apoderan de la relación, como es el miedo, la baja autoestima y la dependencia emocional, pero en ningún caso hay cariño o amor.
Empezar a diferenciar en nuestra propia vida y en nuestro entorno situaciones de violencia de género y de desigualdad es esencial para romper con ellas. El amor es igualdad, entrega, respeto y cuidado, y en ningún caso superioridad, desigualdad, menosprecio o insultos.