Los amigos comparten. Las parejas proyectan.
– Quizá deberías salir tú con él. Tenéis los mismos gustos y os gusta lo mismo.
– Bueno, una pareja no tiene porqué compartir los mismos gustos. Valora que de este modo tú lo nutres a él con tus gustos y él a ti con los suyos.
– Ya, pero me propone cosas que a mí ni me van ni me vienen, y contigo puede hablar de mil temas y podríais ir a ver las mismas películas, escuchar los mismos discos…
– Los amigos están para compartir. Las parejas para proyectar.
– ¿Qué significa eso?
– ¿Qué entiendes tú?
– …Pues que los amigos están a tu lado, pase lo que pase y hagas lo que hagas. Y que con ellos puedes ir a sitios, compartir historias. Pero, ¿y con la pareja no?
– Bueno, la pareja sólo tiene sentido si hay un deseo de proyectar, de compartir pero con vistas a un futuro. Con los amigos no es necesario que hagas esa proyección, sabes que estarán ahí. Pero las parejas van y vienen si no hay esa proyección, esa construcción de un futuro juntos.
– Ya… Bueno, pues ni teníamos proyección ni compartíamos gustos. Quizá es mejor que cada uno haga su camino.
– Para eso sí que no tengo respuesta. Sólo la tenéis vosotros dos. Nadie más.