No ofende quien quiere, sino quien puede
¿Por qué un mismo comentario hecho por una persona nos afecta más que si nos lo dice otra? ¿Y por qué en ocasiones damos más valor a las palabras que nos dicen que a nuestras propias ideas? Es probable que la autoestima esté relacionado con eso.
El valor que le damos a las palabras y sobre todo a las personas que nos dicen tales palabras es esencial para nuestra felicidad. Eso se debe a que no dotamos a todo el mundo del mismo valor ético y moral, y las opiniones de unas personas nos afectan más que las de otras. Dependiendo de la atribución que demos a esa persona, de la idea que tengamos de ella y de lo creíble o no que nos parezca, sus afirmaciones tendrán más o menos relevancia en nuestra vida.
Esas atribuciones y juicios de valor personales, en sí mismos, no tienen porqué dañarnos la autoestima. Sí lo hacen cuando solo escuchamos a personas que nos critican y solo ven aspectos negativos de su entorno. Y más peligroso es aún cuando decidimos que esas personas tóxicas tienen más valor moral que nosotros mismos, que sus opiniones e ideas son más acertadas que las nuestras. En ese caso, nos estamos vendiendo a futuros bullying, mobbing, y demás acosos varios.
Así pues, al fin y al cabo la autoestima se trata de un tema atribucional. No ofende quien quiere, si no quien puede, es decir, a quien dejamos y permitimos que nos haga daño dándole más valor que a nosotros mismos.