Entre el pesimismo y el optimismo
Ayer me encontré con muchos pensamientos pesimistas entre mis pacientes, y su deseo era cambiarlos a otros optimistas. Como les dije, creo que eso es un error, pues en la vida ni todo es bueno ni todo es malo.
Tener una visión realista de nuestra vida es el punto intermedio para valorar las cosas positivas y las cosas negativas, sin pecar de cenizos ni de ilusos, pues ese es el modo más justo de vernos. Se trata de no darle tanto valor a la buena o la mala suerte, si no a descubrir en qué aspectos prestamos más atención y a cuáles menos, qué ideas irracionales están alimentando que nos fijemos continuamente en nuestros puntos débiles y negativos, y cambiar para tener una visión amplia de nosotros mismos.
Vivir en un mundo color de rosa, sin ningún problema y estando siempre de bueno humor es tan irreal como estar siempre de mal humor y sentir que en nuestro mundo todo está mal. En el punto medio está la felicidad.